Algunas personas disfrutan con las condiciones meteorológicas adversas, como la lluvia, los rayos o los truenos. Algunos incluso se arriesgan a estudiar los huracanes y los patrones de las tormentas, mientras que a otros simplemente les encanta experimentar la lluvia de primera mano, de vez en cuando.
Sin embargo, en otros casos, tanto los animales como los seres humanos pueden desarrollar un miedo extremo a los truenos, los relámpagos o las tormentas. Este miedo irracional a los truenos o relámpagos se conoce con varios nombres, como astrafobia, brontofobia, tonitrofobia, etc.

Causas de la astrofobia
Muy común en los niños, la mayoría de los casos de miedo excesivo a los truenos o relámpagos disminuyen gradualmente con los años. Sin embargo, se sabe que muchos adultos sufren excesivamente de astrofobia, principalmente debido a un acontecimiento traumático anterior asociado a ese clima adverso.
- En muchos casos de astrofobia, se sabe que la persona que la padece ha experimentado una descarga eléctrica cuando hay rayos y truenos en el exterior. Esto conduce a un miedo a las tormentas que persiste hasta la edad adulta.
- También se sabe que muchos fóbicos temen las inundaciones que suelen producirse cuando llueve mucho. Estas personas pueden haber sufrido el impacto negativo de las inundaciones, haber perdido a un ser querido o haber sufrido daños materiales.
- Las personas que suelen ser consideradas como “muy nerviosas” y con “tendencia general al miedo y la ansiedad” son más propensas a desarrollar un miedo excesivo a las tormentas eléctricas, los rayos, etc.
Síntomas del miedo a los truenos y relámpagos
Una persona que sufra esta fobia mirará constantemente el canal del tiempo para asegurarse de que todo va bien. También puede instalar pararrayos en los edificios para protegerse. En caso de una previsión meteorológica adversa, el astrofóbico puede entrar en pánico y experimentar una gran ansiedad. Puede presentar una serie de síntomas psicológicos y físicos, como por ejemplo
- Desmayo/desmayo durante horas
- Sudoración, temblores y sacudidas
- Ritmo cardíaco acelerado, respiración superficial
- Jadeos, sensación de ahogo
- Esconderse en el sótano, el baño, el armario
- Estar constantemente atento a las señales de tormenta, pegarse al televisor, especialmente al canal del tiempo
- Llorar o buscar seguridad constante durante la tormenta
- Cerrar ventanas, puertas y cortinas e intentar bloquear los sonidos de la tormenta.
- Náuseas, vómitos y malestar gastrointestinal
- Congelarse, negarse a moverse del lugar por miedo a que le caiga un trueno o un rayo.
- Tener pensamientos de muerte
La astrofobia puede desembocar a veces en la agorafobia, en la que el individuo se niega a salir de casa por su miedo a los rayos y los truenos.
Diagnóstico y tratamiento del miedo a los truenos/relámpagos
El diagnóstico de la astrofobia requiere una evaluación psiquiátrica junto con pruebas escritas. Estas pruebas suelen requerir que el afectado escriba las respuestas a una serie de preguntas relacionadas con sus miedos que ayudan al experto a llegar a una conclusión sobre la fobia.
Una combinación de medicamentos y psicoterapia puede ayudar a tratar la astrofobia. Sin embargo, muchos fóbicos han obtenido buenos resultados con técnicas de autoayuda. Entre ellas se encuentran la respiración profunda, las visualizaciones positivas, la meditación y la exposición gradual a truenos y relámpagos, etc.
También se sabe que tener una mascota o un amigo en el momento de las tormentas eléctricas ayuda a las personas a hacer frente a la ansiedad experimentada durante las tormentas. La mayoría de los astrofóbicos también se sienten más seguros en edificios grandes, como escuelas, bibliotecas, etc., que en sus propias casas.
En el caso de la astrofobia en niños pequeños, es importante que los padres calmen el miedo de su hijo permaneciendo ellos mismos tranquilos. La tranquilidad y la distracción en forma de cuentos, chistes o música, etc., también pueden ayudar a calmar al niño y a aliviar su miedo a los rayos o a los truenos. Dicho esto, si el miedo no ha disminuido después de varios meses, los padres deben buscar un tratamiento inmediato para evitar que se convierta en una fobia total a las tormentas.
La psicoterapia en forma de desensibilización, la terapia cognitivo-conductual y las simulaciones de realidad virtual, etc., son algunas técnicas eficaces que han demostrado ser beneficiosas para tratar la astrofobia.