El miedo a los agujeros, o tripofobia, es un miedo irracional y persistente a los agujeros, generalmente no a los grandes, sino a los pequeños agujeros que se ven dentro de grupos asimétricos. Es un tipo de fobia bastante inusual, aunque común, en la que las personas que la padecen reportan tener una reacción adversa a las imágenes de agujeros u objetos con agujeros.
Síntomas típicos de la tripofobia o el miedo a los agujeros
Según los investigadores Geoff Cole y Arnold Wilkins de la Universidad de Essex, los cerebros de los individuos tripófobos asocian los agujeros con algún tipo de peligro. El tipo de peligro que uno siente o imagina que aún no se ha establecido.
El miedo a los agujeros no sólo cubre los agujeros en forma de imágenes, el individuo también puede tener miedo a los agujeros en la carne, los racimos/poros en la piel, en las verduras o frutas o incluso en las esponjas, la madera, los panales de miel, etc. Para algunas personas, incluso la mera mención verbal de “miedo a los agujeros pequeños” es suficiente para provocar temblores y escalofríos.
La reacción mostrada por cada individuo trypophobic es diferente: algunos sienten que su piel ‘gatea’, otros pueden estremecerse, unos pocos reportan sentirse con comezón mientras que otros reportan sentirse físicamente enfermos o disgustados. Algunas fóbicas también reportan pensamientos de caer en los agujeros que desencadenan ataques de pánico mayores.
Causas de la trypophobia
Un grupo dedicado al miedo a los agujeros en un sitio popular de medios sociales ha tratado de establecer las causas detrás de esta fobia aún inexplorada. Con frecuencia, las personas no son completamente conscientes de que tienen una forma latente de tripofobia hasta que realmente ven imágenes de agujeros. Los individuos en el grupo han ofrecido voluntariamente las siguientes causas probables detrás de este miedo inusual:
Problema emocional profundamente arraigado: algún objeto asociado con la infancia que desencadena recuerdos traumáticos asociados con los agujeros. Posibles picaduras de abeja en el pasado que llevaron a una hinchazón en la que la piel hinchada mostraba cada poro.
Los científicos también han informado de que la evolución puede ser una de las principales causas del miedo a los agujeros. Explican este hecho dando el ejemplo de los “objetos picados de viruela” que no parecen “bastante correctos o completamente normales”. Alguna porción primitiva del cerebro percibe o asocia estas “marcas de viruela” con algo peligroso.
Los agujeros también tienden a asociarse con objetos orgánicos como erupciones o ampollas en la piel que típicamente siguen a un episodio de sarampión o varicela.
Tratamiento para el miedo a los agujeros
Enfrentarse al miedo a los agujeros es la mejor manera de superarlo. La tripofobia es una ciencia aún inexplorada, sin embargo, los mismos métodos de tratamiento utilizados para superar otros tipos de ansiedad y fobias se pueden utilizar para tratar la tripofobia:
Terapia cognitivo-conductual: Esta terapia se centra en alterar el pensamiento de una persona. Esto incluye convertir patrones de pensamiento dañinos o improductivos en patrones controlados y positivos. Eventualmente ayuda al individuo trypophobic a distinguir entre la realidad y la imaginación.
Si un problema emocional profundamente arraigado es la causa probable detrás del miedo a los agujeros, entonces la terapia conductual y la hipnosis también pueden ser muy efectivas en el tratamiento de la tripofobia.
La terapia de programación neurolingüística también se utiliza para tratar la tripofobia. Esto incluye exponer al sujeto a sus miedos y alterarlos o reprogramarlos para disminuir la fobia.
En conclusión
Como se puede ver, hay que estudiar mucho para determinar el origen y la causa exacta del miedo a los agujeros. No hay pruebas diagnósticas para determinar si uno tiene miedo a los agujeros. Sin embargo, si una imagen de agujeros o el mero hecho de pensar en ellos está tomando una forma extrema o afectando su vida diaria, es mejor someterse a una de las terapias explicadas anteriormente para recuperar el control sobre este miedo.